Examen del tórax
La caja torácica está formada por
12 pares de costillas que articulan por detrás con las vértebras. Por delante, las
siete primeras articulan por delante con el esternón; las costillas 8, 9 y 10
se van uniendo entre ellas y forman el reborde costal; las 11 y 12 son
flotantes. El diafragma es el músculo más importante para efectuar la
respiración. Durante la inspiración, los músculos intercostales expanden el
tórax en el diámetro anteroposterior y el diafragma, al contraerse, desciende,
y aumenta la altura torácica. Al descender el diafragma comprime las vísceras
abdominales y el abdomen protruye. Los músculos escalenos, esternocleidomastoideos
y trapecio pueden participar de los movimientos respiratorios como músculos
accesorios (especialmente durante ejercicios o en insuficiencia respiratoria).
Durante la inspiración se genera una presión intratorácica negativa que hace
entrar el aire. Luego, en la espiración, la misma elasticidad de los pulmones y
de la caja torácica hace salir el aire; esta fase también puede ser facilitada
por acción muscular (intercostales y musculatura abdominal).
En el interior de la caja torácica se encuentran los pulmones, y
en el medio se ubica el mediastino con el corazón, esófago, tráquea, ganglios
linfáticos, timo, aorta, vena cava superior e inferior.
El pulmón derecho está formado por 3 lóbulos (superior, medio e
inferior) y, el izquierdo, por dos (superior e inferior). La tráquea tiene una
longitud de 10 a 11 cm y un diámetro de 2 cm. A la altura del ángulo esternal,
por delante, y de D4, por detrás, se bifurca en los dos bronquios principales.
El derecho es más grueso, corto y vertical, y, por lo mismo, está más expuesto
a la aspiración de cuerpos extraños. Los bronquios siguen dividiéndose hasta
llegar a nivel de bronquíolos y finalmente alvéolos. Es en estas estructuras en
donde ocurre el intercambio gaseoso (se capta oxígeno que viene del aire
exterior y se libera anhídrido carbónico).
La sangre llega por la arteria pulmonar y vuelve oxigenada al
corazón por las venas pulmonares. Los pulmones también reciben sangre por
arterias bronquiales que vienen de la circulación sistémica y que se devuelve
por las venas pulmonares.
Los pulmones están cubiertos por las pleuras: la hoja visceral
adosada a los pulmones y la parietal, adosada a la pared interior de la caja
torácica. Entre ambas queda un espacio virtual. Las pleuras se encuentran
adosadas entre sí y se desplazan con la respiración ya que normalmente existe
una fina capa de líquido que las lubrica.
Examen del tórax y pulmones.
Desde la superficie del tórax se
localizan algunas referencias anatómicas que convienen tener presente.
Referencias anatómicas.
Por detrás: la
apófisis transversa de la 7ª vértebra cervical (C7) es habitualmente la más
prominente (se nota especialmente al flectar el cuello). Desde ella se
comienzan a contar las vértebras dorsales. Si se palpan dos vértebras
prominentes, la de más arriba es C7 y luego viene D1. Las puntas de las
apófisis espinosas de las vértebras quedan, por su inclinación, más abajo que
el cuerpo vertebral. Cuando se palpa una determinada apófisis, (por ejemplo,
D10), el cuerpo de la vértebra estaría aproximadamente a la altura de la
apófisis inmediatamente superior (en el caso de este ejemplo, la apófisis D9).
Las bases de los pulmones en
espiración normal llegan hasta D10 (en espiración forzada puede ser D9), y en
inspiración, hasta D12. La incursión respiratoria es de 4 a 6 cm. La base
derecha es más alta que la izquierda por la ubicación del hígado.
La punta de la escápula, con los
brazos colgando a los lados del cuerpo, llega a D7 (o entre D7 y D8). La línea
vertebral se traza a nivel de las apófisis espinosas. Las líneas escapulares
(derecha e izquierda) son paralelas a la línea vertebral y pasan por la punta
de las escápulas (con los brazos colgando a los lados).
En la espalda, se proyectan
especialmente los lóbulos inferiores (se extienden desde D3, que es donde nace
la fisura oblicua, hasta las bases). La fisura oblicua sigue un curso hacia
abajo y hacia adelante, hasta terminar en la línea medioclavicular.
Por delante: destaca
el ángulo esternal (o ángulo de Louis), entre el manubrio y el cuerpo del
esternón. Este es un punto de referencia donde llega la 2ª costilla. Los
espacios intercostales adquieren el nombre de la costilla que está sobre ellos
(p.ej.: el 2º espacio intercostal queda debajo de la 2ª costilla). El apéndice
xifoides corresponde a la punta del esternón y se palpa como una prominencia.
La 7ª costilla es la última que se articula con el esternón. El ángulo costal
está formado por las costillas 7, 8 y 9, en su unión anterior. Los espacios
intercostales son fáciles de palpar del segundo al sexto; más abajo, las
costillas están muy juntas.
La línea medioesternal pasa
vertical por la mitad del esternón. La línea medioclavicular (derecha e
izquierda) es vertical a la línea medioesternal y pasa por la mitad de las
clavículas.
Las bases de los pulmones, por
delante, llegan a la 6ª costilla, a nivel de la línea medioclavicular.
El lóbulo medio del pulmón
derecho se proyecta desde la 4ª costilla hasta la base.
Por los lados: Se
distingue la línea axilar anterior, que corre verticalmente y pasa por la parte
anterior del pliegue axilar; la línea axilar posterior, es paralela a la
anterior y pasa por la parte posterior del pliegue axilar; la línea axilar
media, es paralela a las anteriores y pasa por la parte media del pliegue
axilar.
Cada pulmón se divide en mitades
aproximadamente iguales por la fisura oblicua (mayor) que se extiende desde D3,
por detrás, y corre en forma oblicua hacia delante y abajo, hasta la 6ª
costilla en la línea medioclavicular. El pulmón derecho es además dividido por
la fisura horizontal (menor), que por delante va a la altura de la 4ª costilla
y más lateral llega a la fisura oblicua, en la 5ª costilla a nivel de la línea
axilar media. De esta forma, el pulmón derecho tiene tres lóbulos (superior,
medio e inferior) y el izquierdo sólo dos (superior e inferior).
Como resumen, se puede apreciar
que gran parte de la proyección de los pulmones en la espalda corresponde a los
lóbulos inferiores (desde D3 a las bases); el lóbulo medio del pulmón derecho
se proyecta en un sector anterior del hemitórax derecho (desde la 4ª costilla a
la base); los lóbulos superiores se proyectan en la región anterior del tórax
(teniendo presente la proyección del lóbulo medio) y el sector más alto de la
espalda.
Forma del tórax:
normalmente el diámetro anteroposterior es inferior que el transversal. Se
conoce como tórax en tonel cuando ambos diámetros son
aproximadamente iguales (p.ej.: se encuentra en pacientes enfisematosos). Se
llama cifosis si la columna está desviada hacia
adelante y escoliosis si la desviación es hacia los lados; cifoscoliosis es la combinación de los anteriores.
Un tórax en el que el esternón presenta una prominencia como quilla de barco se
llama pectum carinatum; si
la deformación es un hundimiento del esternón, pectum excavatum.
Examen de los pulmones.
Inspección. Se debe examinar la
forma del tórax, el tipo de respiración, la frecuencia respiratoria. En cuadros
de obstrucción de las vías aéreas se puede observar, en cada inspiración, una
retracción del hueco supraesternal que se conoce como tiraje;
también puede ocurrir una retracción de los espacios intercostales y la línea
subcostal. En niños con dificultad respiratoria se observa una elevación de las
alas de la nariz que se conoce como aleteo nasal.
Palpación. Mediante la palpación
se pueden sentir vibraciones que se generan en el interior del tórax (p.ej.:
cuando el paciente habla). Se siente una discreta cosquilla en la mano
(habitualmente se usa toda la palma de la mano o el borde cubital). Se le
solicita al paciente que repita números o palabras (p.ej.: treinta y tres).
Conviene tener un método para recorrer y comparar los distintos sectores del
tórax. La sensación táctil que se logre depende de varios aspectos: la
intensidad y las características del ruido (p.ej.: el tono de la voz), la zona
que se palpa (p.ej.: cerca de la tráquea se siente más fuerte), el grosor de la
grasa subcutánea, la integridad del tejido pulmonar, y elementos que se
interpongan entre los grandes bronquios y la pared del tórax (p.ej.: si hay
aire o líquido en la cavidad pleural, la vibración se siente débil o ausente;
si existe una condensación neumónica, se palpa más claramente). Se llama frémito a
las vibraciones que se logran palpar, y que, en términos generales, pueden
tener distinto origen: la transmisión de la voz, algunos ruidos pulmonares, el
roce de pleuras inflamadas, soplos cardíacos.
Otro aspecto que se puede evaluar es la
expansión del tórax durante la inspiración. Se apoyan las manos en la espalda,
una a cada lado, dejando el pulgar a la altura de la apófisis D10 y se le pide
al paciente que respire profundo.
Ocasionalmente al apoyar las manos sobre
el tórax se sienten unos crujidos que se debe a aire que ha infiltrado el
tejido subcutáneo, y que habitualmente se debe a una ruptura de la pleura. Esto
se conoce como enfisema subcutáneo (no debe confundirse con el enfisema
pulmonar que es otra cosa).
Percusión. En la sección sobre
las técnicas del examen físico se revisó lo concerniente a la percusión. Cuando
se examinan los pulmones se usa principalmente el método de la percusión
indirecta. El método directo, ocasionalmente, también puede ayudar. Dependiendo
del grado de insuflación de los pulmones podrá escucharse una distinta
sonoridad. Se recomienda percutir desde zonas de mayor sonoridad hacia aquellas
con sonido mate. De esta forma se delimita la base de los pulmones. La base
derecha es más alta que la izquierda. La incursión del diafragma y el descenso
de las bases pulmonares se comprueba pidiendo al paciente que inspire profundo
y aguante el aire; mediante la percusión, se detecta que las bases se movilizan
unos 4 a 6 cm.
En la región paraesternal izquierda, entre
el 3er y 5º espacio intercostal se percute un área de matidez que corresponde
al corazón.
Cuando existe una condensación pulmonar o
un derrame pleural se escucha un sonido mate al percutir la zona comprometida.
Si el paciente tiene un derrame pleural, y
se examina sentado, presenta una matidez en la base del pulmón afectado, que
hacia la línea axilar asciende, determinando una curva parabólica de convexidad
superior (curva de Damoiseau). Si el paciente cambia de posición, la
matidez se desplaza en la medida que el líquido no esté tabicado. El sonido
mate de un derrame pleural se ha llamado también matidez hídrica por el
carácter seco o duro del sonido.
Si existe un neumotórax, el ruido que se
obtiene al percutir es de una hipersonoridad. Si el neumotórax esa tensión, el
ruido podrá adquirir una tonalidad más timpánica y el mediastino encontrarse un
poco desplazado hacia el lado opuesto.
En pacientes asmáticos, que atrapan aire y
tienen un tórax hiperinsuflado, o en enfermos enfisematosos, la percusión de
los pulmones es sonora o hipersonora. El carácter hipersonoro se capta bastante
bien con la percusión directa. Las bases de los pulmones habitualmente están
descendidas y la incursión de los diafragmas es limitada. La espiración es
prolongada por la dificultad para expeler el aire. Algunos pacientes
enfisematosos fruncen los labios durante la espiración de modo de ejercer un
efecto de válvula que mantenga la vía aérea más distendida.
Auscultación. Consiste en escuchar
tres tipos de ruidos: (1) los normales que se generan con la respiración, (2)
los agregados (o adventicios) que se agregan en condiciones anormales, y (3) la
forma como se transmite la voz normal y la que es pronunciada en forma de
susurro o cuchicheo.
Los ruidos pulmonares se originan debido
al paso de aire por las vías aéreas en la medida que se generen flujos
turbulentos. Esto depende de la velocidad del flujo y de condiciones que
impiden un flujo laminar, como ocurre en la laringe y la bifurcación de los
bronquios mayores, lobares y segmentarios. A medida que los bronquios se
dividen, el área de sección va aumentando, y como consecuencia, la velocidad
del flujo disminuye. Cerca de los alvéolos el flujo es laminar y no genera
ruidos.
De acuerdo a diferentes estudios, los
ruidos que se auscultan en la superficie de la pared torácica se generan en los
bronquios mayores, principalmente lobares y segmentarios. Los ruidos que llegan
a la periferia son de baja frecuencia ya que el pulmón sirve de filtro para los
sonidos de alta frecuencia. Aparentemente los ruidos que se generan en la
laringe no llegan a auscultarse en la pared torácica.
Conviene tener un orden para auscultar los
pulmones de modo de cubrir todos los sectores, sin olvidar de auscultar debajo
de las axilas. Se van comparando sectores homólogos para descubrir diferencias
entre un lado y el otro. A veces ocurre una cierta dificultad para saber si los
ruidos están aumentados a un lado, o disminuidos al otro. Para desplazar las
escápulas hacia los lados se le pide al paciente que cruce los brazos por
delante. El examen se puede efectuar estando el paciente de pie, sentado o
acostado, pero sentándolo al momento de examinar la espalda. Al examinar al
paciente acostado se hacen más notorias las sibilancias y en la mujer la
interferencia de las mamas es menor.
Habitualmente se ausculta con la membrana
del estetoscopio. Se le solicita al paciente que respire por la boca,
efectuando inspiraciones lentas y de mayor profundidad que lo normal. Esto
puede llevar a una hiperventilación y alcalosis respiratoria y el paciente
sentir mareos o parestesias, por lo que, a ratos, conviene dejarlo descansar.
En pacientes varones con muchos vellos se pueden generar ruidos agregados por
esta condición. Si llegara a interferir, se puede recurrir a presionar más con
el estetoscopio, o mojar los vellos, o auscultar al paciente sobre una camiseta
o camisa delgada. Nunca debe auscultarse a través de ropa más gruesa.
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